Para muchos apicultores, estos preciosos pájaros son casi un demonio, para otros, un indeseado compañero de viaje, y para mí, recién iniciado en la apicultura, pero con antecedentes de aficionado a la ornitología, un regalo para la vista.
Abejaruco como nombre común y Merops apiaster en latín, ambos nombres indican que este ave se alimenta de abejas. Pero no es su único alimento, come desde moscas, mariposas y escarabajos, hasta grandes libélulas.
Por lo poco que conozco sobre esta especie, son animales gregarios que vuelven año tras año al mismo lugar para anidar. Entonces, nunca instalaremos un colmenar en un lugar en el que se observen los agujeros característicos de sus nidos en los taludes.
Otra posibilidad es que en su búsqueda de comida, un día encuentren nuestro colmenar y se den un festín, pérdida que supongo fácilmente recuperable para una reina fuerte. Si estas visitas se repiten a menudo, si son bandos numerosos y además tenemos pocas colmenas, seguramente supongan un quebradero de cabeza.
Tenemos que ser capaces de reconocer que por muy amantes de la naturaleza que seamos, cuando nos tocan el bolsillo, nos molesta. El hecho de que una colonia de abejarucos se instale cerca de nuestro colmenar puede dar al traste o reducir nuestra producción de miel (escribo esto con cierto desconocimiento y por lo que he podido leer en algunos foros).
Algunos apicultores se resignan y lo aceptan como un tributo a la naturaleza de la que nos estamos aprovechando. También les hay que les intentan espantar aprovechando que tienen miedo de la gente, o con ruidos, y así conseguir que relacionen el colmenar con un lugar peligroso y no vayan por allí. Otros, sin embargo, se toman la justicia por su mano, y con métodos ilegales matan a los abejarucos.
Estos pájaros están protegidos por ley. Hay apicultores que se preguntan por qué siguen protegidos cuando hay tantos. El ver grupos cada vez más numerosos, no es indicativo de un aumento de la población total, ya que puede haber menos colonias pero más numerosas. Además, igual que sufren nuestras abejas con los plaguicidas, también los abejarucos se ven afectados, pues comen insectos contaminados.
Como posible medida de mitigación, además de evitar asentamientos donde haya colonias, es la de eliminar los posibles posaderos que siempre utilizan estas aves.
Finalmente, y como reflexión: ¿Qué pasaría si terminamos con los abejarucos? Puede que ahora se coman nuestras abejas, pero en un futuro, sean nuestros mejores aliados contra la avispa asiática (Vespa velutina) ¿Quién sabe?...